¿Qué fácil sería llegar a una conclusión de este tipo, verdad? Y la realidad es otra, se necesita tiempo, paciencia y dedicación para descubrir y recorrer la historia de nuestra vida.
Observar y analizar las formas que elegimos consciente e inconscientemente para defendernos de todo aquello que nos llena de angustia puede ir marcando la pauta para saber cómo es que hemos interpretado al mundo, las maneras en las solemos tomar decisiones en la vida, el tipo de vínculo que establecemos con el exterior y por lo tanto, reconocer los mecanismos de defensa que se usamos. Esto nos brinda la posibilidad de describir aquello que nos incomoda y detiene para tener la gran oportunidad de transformarlo en algo que nos movilice hacia la vida y la creatividad.
Las respuestas automáticas ante los conflictos y situaciones incómodas nos dan cierta noción de cómo interpretamos el mundo y nos vinculamos con las personas que lo habitan. Estas reacciones no se dan por casualidad y tampoco es siempre el estrés el que nos empuja a una misma respuesta automática, tiene que ver más con nuestra historia y la manera en cómo hemos creado nuestras “estrategias” de resolución de conflicto. No me refiero solamente a las incomodidades en las áreas prácticas de la vida como surtir la despensa o llegar a tu trabajo, sino a las respuestas automáticas que también se minan en situaciones más profundas como la relación que se tiene con uno mismo: si logro escucharme y pedir ayuda, si me castigo o cuido de mi persona, si soy capaz de comunicar mis necesidades o de expresar todo el afecto que siento por los demás….
Es necesario tomar en cuenta que la defensa automática no sólo existe hacia afuera, sino que también va hacia adentro cuando de una forma íntima y secreta nos defendemos de nuestras propias decisiones y acciones, claro, en la mayoría de los casos sucede sin darnos cuenta, sin querer queriendo.
Los mecanismos de defensas no son malos, al contrario, están para protegernos de todo aquello que se ha interpretado como amenaza para la vida, pero como todo lo que habita en nuestro ser, es una forma interesante de comunicación y diálogo con nuestro interior y siempre será una forma interesante de seguirnos conociendo y asumiendo como seres humanos.
Deseo que esta reflexión pueda brindarte los primeros pasitos para recorrer tu historia de vida y la manera en cómo te has relacionado con la misma.
Con cariño,
Grecia.
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