Es innumerable la cantidad de ocasiones que me ha tocado escuchar las frases: "pero ya no hablemos de eso, eso ya pasó, ya no podemos hacer nada, no podemos cambiar el pasado"… y espero que no me malentiendas y creas que esas frases son una total mentira, porque la realidad es que cada una de ellas aporta un grado de realidad, sin embargo, en la vida anímica, es decir, en la vida de la psique y de todo lo emocional, las cosas no funcionan así como en lo tangible.
Es totalmente cierto que con el pasado nada podemos hacer, es decir, no podemos regresar el tiempo y corregir acciones en vivo y en directo con la esperanza de modificar toda la realidad que actualmente nos atraviesa, peeeeero si podemos modificar toda esa realidad interna que nos mueve, nos rige y en ocasiones nos domina.
El ya no hablarlo es solamente querer tapar, negar y re-negar todo eso ocurrido y vivido, a manera de echar bajo el tapete todo ese polvo que nos enferma, que sabemos que está ahí pero que por miedo a enfermarnos más, preferimos ignorar, pero sabemos que eso para nada hace que desaparezca. Recordar nuestra historia y hablar de ella con alguien que realmente nos pueda escuchar, hacer el esfuerzo por tenernos compasión (no lástima), empatía y contención puede hacer toda la diferencia entre solamente repetir la historia una y otra vez, y realmente hacer movimientos internos importantes gracias a las intervenciones que ese otro que escucha puede devolver.
Recordar es un gran proceso doloroso, incómodo y áspero, pero que con contención y una escucha activa diferente, se convierte en un avance constante hacía el recorrido de nosotros mismos en nuestra propia historia y en la historia de los demás. No, realmente no necesitamos que cambie la situación o persona que nos confronta y nos repite una y otra vez el dolor, las maniobras parten de uno mismo y el movimiento se tienen que generar sólo en nuestra persona para entonces accionar de formas diferentes y creativas ante esa realidad que nos atraviesa.
Para olvidar es necesario recordar, para sanar ese dolor es necesario reacomodar nuestra postura ante el mundo, hablar de ello, adueñarnos de nuestro dolor, culpa, vergüenza, envidia, tristeza y todo eso que sentimos en el pasado. Una vez adueñándonos de eso, podremos ser libres de actuar y dejar de tapar.
Deseo que estás reflexiones sean un abrazo cálido para ti, que te animen a recordar para poder olvidar y así seguir re-construyéndote a lo largo del tiempo.
Con cariño,
Grecia.
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