El amor a mamá es un concepto que todos conocemos y que te aseguro que en tu mente y en el ambiente social y cultural se ve de una forma muy particular y determinada, en la que se dice que el amor hacia mamá es incondicional, en donde los hijos aman y respetan a mamá a pesar de las circunstancias malas por las que se hayan atravesado y que cualquier falta o error que mamá comete debe ser perdonada, es más, ni siquiera se pone en tela de juicio la buena intención que se tenía en el momento del error.
Tal vez me esté yendo a un lugar extremo, pero es que en ocasiones así se puede vivir el amor hacia ella, en muchas de las veces se tienen que callar las particularidades de la relación con ella si es que no se cumplen con las ideas predeterminadas que dicta la sociedad y cultura.
La importancia de humanizar a mamá es primordial, con humanizar hago referencia a la necesidad de verla y asumirla como un ser humano que siente toda la gama de emociones, que tiene reacciones y respuestas, que carga con su propia historia de vida, que tiene aciertos y por lo tanto errores que llegan a lastimar profundamente. También me atrevo a decir que es necesario cuestionar el rol de mamá y quitarle algo de carga emocional, ya que de tan grande que es este rol, los hijos quedan sin herramientas y sin valor a afrontar todos esas emociones y sentimientos ambivalentes hacia ella, al contrario de como podrían hacerlo en otras relaciones humanas.
No hay una sola forma de construir una relación con mamá, hay tantas maneras como personas hay en el mundo, y es necesario dar lugar a cada una de esas distintas formas de relacionarnos con la figura materna, derribando juicios en los polos “buenas y malas relaciones” para comenzar a ver la gama de colores. También es necesario validar cada una de las emociones que se sienten en la relación para crear espacios seguros en donde se puedan tramitar todas aquellas experiencias ambivalentes y salir de ellas un poco más victoriosos libradas de la culpa y vergüenza.
La comparación también forma parte en este tema y lo vuelve un juego peligroso pero necesario que lleva a echar ojo a las maternidades de la amiga, vecina, primos, etc, en esa búsqueda de saber cuál hubiera sido tu historia si “hubieras” tenido esta u otra mamá. ¡Qué culpa da jugar con esa fantasía!, es peligroso incluso cuestionarla pero quiero decirte que es válido y necesario, claro, en un espacio seguro.
Te invito a reflexionar sobre todas estas emociones y sentimientos que se involucran en la construcción de la relación con mamá, porque es una relación que se tiene que construir y que no se da en automático, pregúntate porqué es necesario quitarle esa carga a mamá e hijx de que la relación debe ser “buena” por naturaleza, la relación no “debe ser”, la relación es lo que se ha construido de ella.
Deseo que estas letras te den un espacio seguro para traer a la mesa de la introspección tu relación con tu madre y que puedas encontrar, si la estás buscando, un poco de paz al trabajar esta relación.
Con cariño,
Grecia
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